¿Cuántos centímetros
cúbicos de aguas servidas son necesarios para que un trabajo deje de ser digno?
¿Cloaca hasta el tobillo, cloaca hasta la rodilla...?
¿Cuántos kilos de
expedientes se deben caer sobre la humanidad de un compañero para que un
trabajo deje de ser digno?
Si yo no trabajo en
herrería, si yo no bajo al Archivo, si yo no estoy embarazada, si yo no soy
quien recibí estanterías cargadas sobre mi cuello, ¿y si un día de estos yo soy el próximo?
Es por ello que los
representantes gremiales del fuero, libre y democráticamente elegidos, el
viernes 22 de agosto fuimos a ejercer el mandato que nos dieron: siete y media
de la mañana nos apersonamos en la intendencia -como habíamos hecho el día
anterior - caminamos oficina por oficina, hablamos empleado por empleado,
recorrimos el Archivo, dimos la cara y ofrecimos nuestras manos.
Más allá de declarar la
huelga por las condiciones dignas de labor, que aseguren un medio ambiente
seguro y saludable, consideramos urgente evitar cualquier exposición sanitaria
al tener materia fecal flotando en un patio interior, que debería funcionar de
pulmón y se transformó en una chimenea de gas metano.
No nos quedamos
durmiendo, el jueves 21 al tomar conocimiento de que se estaba empezando a
juntar agua servida “dentro del
edificio”, fuimos a hablar con la Ing. Susana Georgetti y la misma nos
informa que ya habían llamado a Aysa, que estos vendrían dentro de las 24 hs, y
que la Dirección de Infraestructura General había dado la orden de evacuar a
los compañeros de Subsuelo, pero que no tenía la potestad para hacerlo con las
dependencias de Seguridad Social y de Comercial, que eso lo tenían que hacer
cada Cámara. Acto seguido nos comunicamos con Funcionarios de la Cámara que
tomaron conocimiento de lo ocurrido por nuestro llamado e informaron a la
Superintendencia de la Cámara, quienes ordenaron la evacuación del personal de
todas las dependencias del fuero, hasta tanto no esté solucionado el problema y
le solicitaron a la Corte Suprema feria sin concurrencia al edificio para los
días 21 y 22 de agosto.
Por la tarde se hizo
presente en el edificio el Vicepresidente de la Cámara, quien está a cargo de
la Presidencia provisoriamente, el Dr. Herrero, quien constató lo que estaba
ocurriendo y además se encontró con una cuadrilla de Aysa, quienes le
informaron que no lo podían solucionar al problema en ese momento y que
volverían al otro día a las 9 de la mañana; por lo tanto la Cámara mantenía las
medidas tomadas, quedaba a la espera de la firma de la resolución de la Feria por
parte del Máximo Tribunal y enviaba el viernes temprano, al Jefe de Personal
del Fuero, Alejandro Salomon, para verificar que se cumpla con lo establecido
en la resolución de la alzada.
Ante lo expuesto
informamos por todos los medios a nuestro alcance, debido a que a esa altura ya no era horario
laboral, que los compañeros no debían concurrir al trabajo, porque no estaban
dadas las mínimas condiciones de higiene, la Cámara era clara con sus medidas y
la feria de la Corte salía seguro. Es en ese momento cuando algunos Jueces,
Funcionarios y esbirros de turno, sin ningún escrúpulo y desconociendo a los
estamentos superiores, comienzan a desinformar y a llamar a sus empleados,
instalando que la empresa iba a trabajar durante la noche y que el agua servida
iba a estar limpia a la mañana temprano, con el objetivo de que concurramos a
trabajar, importándoles muy poco nuestra
salud, y aprovechando que el edificio iba a estar cerrado, lo único que les
interesaba eran las estadísticas, obviamente nada de eso ocurrió, los hechos
nos dieron la razón, las cosas salieron tal cual informábamos. Debido a esto
comenzamos a recibir muchísimas consultas de qué hacer al otro día. Lo
compañeros estaban muy confundidos por los mensajes cruzados, generando
incertidumbre y temor a represalias, y es en ese momento, ya anocheciendo, que
decidimos decretar un paro preventivo,
para dar un resguardo a aquellos que decidían hacer valer sus derechos y su
dignidad y no iban a concurrir al
trabajo, a pesar de los aprietes
recibidos. Nunca pensamos que hacía falta tomar medidas gremiales, ya que las
tomadas por la Superintendencia de la Cámara y la Corte eran más que
suficientes como para resguardar la salud de todos, pero por lo visto, para
algunos parece que nada alcanza, siguen intentantando por todos los medios
avasallarnos y decidir, muy sueltos de cuerpo, sobre nuestras vidas. El viernes
por la mañana fuimos a proteger la integridad física no solo de los empleados,
sino también de los magistrados, funcionarios, abogados y público en general;
porque el derecho a la salud no reconoce escalafones ni títulos, ni horarios,
ni hace discriminaciones.
Las altas temperaturas,
el riesgo de dengue y otras tantas enfermedades infecto contagiosas nos hizo
estar ahí: pisando el barro, para que ningún compañero arriesgue su salud a
cambio de una estadística.
Para que nadie nos
cuente qué pasó.
Una vez
más, protegiendo nuestros derechos.
Juntos
podemos!!!!!
COMISION INTERNA DEL FUERO DE LA SEGURIDAD SOCIAL
UEJN
JUDICIALES