lunes, 12 de mayo de 2014

TE PASA ALGO DE ESTO EN EL TRABAJO??




¿Cuáles son las actitudes que intentan impedir que la víctima se exprese?

El superior jerárquico no permite que se exprese la víctima.
Se le interrumpe constantemente.
Los compañeros no le dejan expresarse.
Sus compañeros le gritan, le recriminan.
Critican su vida privada.
Aterrorizan a la víctima con llamadas telefónicas.
Le amenazan verbalmente.
Le amenazan por escrito.
Evitan todo contacto visual
Ignoran su presencia, dirigiéndose exclusivamente a otros.

 ¿Cómo es el aislamiento de la víctima?

No le hablan.
No dejan que hable.
Le designan un puesto de trabajo que le aleje y le aísle de sus compañeros.
Prohiben a sus compañeros que le dirijan la palabra
Niegan la presencia física de la víctima.

 ¿Cómo se logra el descrédito de la víctima frente a sus compañeros?

Murmuran o calumnian sobre la víctima
Lanzan rumores sobre la víctima.
Ridiculizan o se ríen de la víctima.
Intentan que la víctima parezca enferma mental.
Intentan que se someta a un examen psiquiátrico.
Se burlan de sus dolencias o minusvalías.
Imitan las maneras, la voz, los gestos de la víctima para ridiculizarla.
Critican sus convicciones políticas o sus creencias religiosas.
Se burlan de su vida privada.
Se ríen de sus orígenes, de su nacionalidad.
Le dan trabajos humillantes.
Comentan el trabajo de la víctima de manera malintencionada.
Ponen en cuestión y desautorizan las decisiones de la víctima.
Injurian con términos obscenos o degradantes.
Acosan sexualmente a la víctima (gestos o intenciones).

 ¿Cómo se desacredita el trabajo de la víctima?

No le confian ninguna tarea.
La privan de toda ocupación y vigilar que no pueda encontrar ninguna.
Le exigen tareas totalmente absurdas o inútiles.
Le dan tareas muy inferiores a sus competencias.
Le dan incesantemente tareas nuevas.
Le hacen realizar trabajos humillantes.
Le dan tareas muy superiores a sus competencias, para poder demostrar su incompetencia.

 ¿Cómo se compromete la salud de la víctima?

Se le exigen trabajos peligrosos o perjudiciales para su salud.
La amenazan físicamente.
La agreden físicamente, pero sin gravedad, a modo de advertencia.
La agreden físicamente.
Le ocasionan gastos a la víctima para perjudicarle.
Ocasionan desperfectos en su domicilio o en su puesto de trabajo.
Agreden sexualmente a la víctima.

 Consecuencias del acoso laboral

En el fenómeno mobbing ha cobrado especial importancia, al evidenciarse como la causa de depresión, de ansiedad generalizada, e incluso de desórdenes de estrés postraumático, que conllevan absentismo, abandonos del puesto de trabajo, incremento de accidentalidad, disminución de la cantidad y de la calidad del trabajo, etc., lo que produce elevados costes en la sociedad industrializada y en la víctima de mobbing que ve amenazada su carrera o profesión, su situación social y financiera, e incluso su salud (Carreras y otros, 2002).
Para Hirigoyen (2001) los primeros síntomas que aparecen son muy parecidos al estrés: cansancio, nerviosismo, problemas de sueño, migrañas, problemas digestivos, lumbalgias; pero si el acoso persevera en el tiempo, entonces se puede establecer un estado depresivo mayor. Según la encuesta realizada por Hirigoyen (2001) el 69% de las personas que respondieron el cuestionario habían padecido un estado depresivo mayor y un 52% presentaban trastornos psicosomáticos variados. Para dicha autora, el acoso laboral deja huellas indelebles que pueden ir desde estrés postraumático hasta una vivencia de vergüenza recurrente o incluso cambios duraderos de su personalidad. La desvalorización persiste aunque la persona se aleje de su acosador. La víctima lleva una cicatriz psicológica que la hace frágil, que la lleva a vivir con miedo y a dudar de todo el mundo.


Consecuencias físicas

Se da un amplio elenco de somatizaciones: trastornos cardiovasculares (hipertensión, arritmias, dolores en el pecho, etc.), trastornos musculares (dolores lumbares, cervicales, temblores, etc.), trastornos respiratorios (sensación de ahogo, sofocos, hiperventilación, etc.) y trastornos gastrointestinales (dolores abdominales, nauseas, vómitos, sequedad de boca, etc.).

Consecuencias psíquicas

Ansiedad, estado de ánimo depresivo, apatía o pérdida de interés por actividades que previamente le interesaban o le producían placer, alteraciones del sueño (insomnio e hipersomnia), profundos sentimientos de culpabilidad, aumento del apetito, distorsiones cognitivas (fracaso, culpa, ruina, inutilidad, etc.), hipervigilancia, suspicacia, labilidad emocional con llanto frecuente, ideas de suicidio no estructuradas, sin plan ni intentos de suicidio, sentimientos de impotencia e indefensión, miedos al lugar de trabajo,  a enfrentarse con su jefe, miedo a volver a trabajar y a no ser capaz de desempeñar su trabajo adecuadamente, miedo a salir a la calle, expectativas negativas sobre su futuro, atención selectiva hacia todo aquello relacionado con el fracaso, disminución de la capacidad de memoria y dificultades para mantener la atención y pensamientos recurrentes sobre la situación de mobbing (García y Rolsma, 2003; Fornés, 2002).
En la víctima se dan cambios de personalidad con predominio de rasgos obsesivos (actitud hostil, y suspicacia, sentimiento crónico de nerviosismo, hipersensibilidad con respecto a las injusticias), rasgos depresivos (sentimientos de indefensión, anhedonia, indefensión aprendida) (Gómez, Burgos y Martín, 2003) y alteración del deseo sexual (hipoactividad sexual, etc.).

Consecuencias sociales

Los efectos sociales del acoso laboral se caracterizan por la aparición en la víctima de conductas de aislamiento, evitación y retraimiento (INSHT, 2001); así como la resignación, el sentimiento de alienación respecto a la sociedad y una actitud cínica hacía el entorno (Gómez, Burgos y Martín, 2003).
Se suele generar alrededor de la víctima un aislamiento progresivo, debido, en parte, a la retirada de algunos de sus amigos, que al ver la situación le dan la espalda y desaparecen, junto con el aislamiento activo que la víctima ejerce. No quiere estar con otras personas para no tener que dar explicaciones sobre su salida de la organización, y debido a su sensación de fracaso y falta de confianza piensa que el resto de
las personas le consideran un fracasado, y tiene miedo de enfrentarse a las posibles críticas.

Consecuencias laborales

Las consecuencias en el área laboral suponen la destrucción progresiva de la vida laboral de la víctima. Debido al mobbing se suele solicitar una baja laboral por estrés, durante la cual la empresa puede llevar a cabo el despido o negarse a abonarle el salario, difundir rumores sobre la víctima y mentir sobre su salida de la empresa. Con ello consigue presentar una imagen negativa de la víctima, lo que contribuye a disminuir su empleabilidad, y que vaya considerándose a sí misma incapaz para trabajar, y mostrando expectativas negativas sobre su rendimiento y desempeño laboral.
La víctima suele sufrir lo que Piñuel y Zabala (2001) denomina 'postración económica'. Desde el primer mes tras el despido, la empresa no le ingresa su sueldo, lo que hace que disminuya considerablemente su nivel económico.
En todo caso, se podría decir que las consecuencias sobre la salud de la víctima dependen de la duración del acoso, la intensidad de la agresión así como su propia vulnerabilidad. El impacto del acoso es más fuerte si se trata de un grupo contra una sola persona que si se tarta de un solo individuo, también parece que el acoso de un superior es más grave que el acoso de un compañero. Se han descrito síntomas clínicos que el acoso produce en la víctima entre los cuales cabe distinguir diferentes estadios (Suárez y otros, 2009):
Estadio de autoafirmación. La víctima detecta el conflicto o el trato despectivo, interpretando que la razón está de su parte y que existe un mal entendido.
Estadio de desconcierto. La víctima se siente desconcertada, duda, no sabe lo que está pasando y comienza a pensar en su probable responsabilidad sobre lo ocurrido.
Estadio de indefensión. En esta fase, la victima se esfuerza para agradar y para que le tengan en mejor consideración; este esfuerzo termina desencadenando un sentimiento de impotencia e indefensión que culmina en un estado depresivo.
Estadio traumático o de ansiedad. Si el acoso persiste, la víctima suelen sentirse vulnerable y presentar un estado de ansiedad, siendo frecuentes las conductas impulsivas y la pérdida de control.

Estadio de estabilización crónica. Es probable que perdure un sentimiento de desvalorización y falta de autoestima, pudiéndose establecer un estado ansioso-depresivo y el trastorno de estrés postraumático.


SI TE ACOSAN, TU SALUD Y TU TRABAJO ESTÁN EN SERIO RIESGO, NO DEJES QUE TE MALTRATEN, SI LO HACEN, HACE LA DENUNCIA AL GREMIO, NO ESTAS SOLO, LA UNIÓN HACE LA FUERZA!!!!!