¿Cuáles son las actitudes que intentan
impedir que la víctima se exprese?
El superior jerárquico no permite que
se exprese la víctima.
Se le interrumpe constantemente.
Los compañeros no le dejan expresarse.
Sus compañeros le gritan, le
recriminan.
Critican su vida privada.
Aterrorizan a la víctima con llamadas
telefónicas.
Le amenazan verbalmente.
Le amenazan por escrito.
Evitan todo contacto visual
Ignoran su presencia, dirigiéndose
exclusivamente a otros.
¿Cómo es el aislamiento de la víctima?
No le hablan.
No dejan que hable.
Le designan un puesto de trabajo que
le aleje y le aísle de sus compañeros.
Prohiben a sus compañeros que le
dirijan la palabra
Niegan la presencia física de la
víctima.
¿Cómo se logra el descrédito de la víctima
frente a sus compañeros?
Murmuran o calumnian sobre la víctima
Lanzan rumores sobre la víctima.
Ridiculizan o se ríen de la víctima.
Intentan que la víctima parezca
enferma mental.
Intentan que se someta a un examen
psiquiátrico.
Se burlan de sus dolencias o minusvalías.
Imitan las maneras, la voz, los gestos
de la víctima para ridiculizarla.
Critican sus convicciones políticas o
sus creencias religiosas.
Se burlan de su vida privada.
Se ríen de sus orígenes, de su
nacionalidad.
Le dan trabajos humillantes.
Comentan el trabajo de la víctima de
manera malintencionada.
Ponen en cuestión y desautorizan las
decisiones de la víctima.
Injurian con términos obscenos o
degradantes.
Acosan sexualmente a la víctima
(gestos o intenciones).
¿Cómo se desacredita el trabajo de la víctima?
No le confian ninguna tarea.
La privan de toda ocupación y vigilar
que no pueda encontrar ninguna.
Le exigen tareas totalmente absurdas o
inútiles.
Le dan tareas muy inferiores a sus
competencias.
Le dan incesantemente tareas nuevas.
Le hacen realizar trabajos
humillantes.
Le dan tareas muy superiores a sus
competencias, para poder demostrar su incompetencia.
¿Cómo se compromete la salud de la víctima?
Se le exigen trabajos peligrosos o
perjudiciales para su salud.
La amenazan físicamente.
La agreden físicamente, pero sin
gravedad, a modo de advertencia.
La agreden físicamente.
Le ocasionan gastos a la víctima para
perjudicarle.
Ocasionan desperfectos en su domicilio
o en su puesto de trabajo.
Agreden sexualmente a la víctima.
Consecuencias del acoso laboral
En el fenómeno mobbing ha cobrado
especial importancia, al evidenciarse como la causa de depresión, de ansiedad
generalizada, e incluso de desórdenes de estrés postraumático, que conllevan
absentismo, abandonos del puesto de trabajo, incremento de accidentalidad,
disminución de la cantidad y de la calidad del trabajo, etc., lo que produce
elevados costes en la sociedad industrializada y en la víctima de mobbing que
ve amenazada su carrera o profesión, su situación social y financiera, e
incluso su salud (Carreras y otros, 2002).
Para Hirigoyen (2001) los primeros
síntomas que aparecen son muy parecidos al estrés: cansancio, nerviosismo,
problemas de sueño, migrañas, problemas digestivos, lumbalgias; pero si el
acoso persevera en el tiempo, entonces se puede establecer un estado depresivo
mayor. Según la encuesta realizada por Hirigoyen (2001) el 69% de las personas
que respondieron el cuestionario habían padecido un estado depresivo mayor y un
52% presentaban trastornos psicosomáticos variados. Para dicha autora, el acoso
laboral deja huellas indelebles que pueden ir desde estrés postraumático hasta
una vivencia de vergüenza recurrente o incluso cambios duraderos de su
personalidad. La desvalorización persiste aunque la persona se aleje de su
acosador. La víctima lleva una cicatriz psicológica que la hace frágil, que la
lleva a vivir con miedo y a dudar de todo el mundo.
Consecuencias físicas
Se da un amplio elenco de
somatizaciones: trastornos cardiovasculares (hipertensión, arritmias, dolores
en el pecho, etc.), trastornos musculares (dolores lumbares, cervicales,
temblores, etc.), trastornos respiratorios (sensación de ahogo, sofocos, hiperventilación,
etc.) y trastornos gastrointestinales (dolores abdominales, nauseas, vómitos,
sequedad de boca, etc.).
Consecuencias psíquicas
Ansiedad, estado de ánimo depresivo,
apatía o pérdida de interés por actividades que previamente le interesaban o le
producían placer, alteraciones del sueño (insomnio e hipersomnia), profundos
sentimientos de culpabilidad, aumento del apetito, distorsiones cognitivas
(fracaso, culpa, ruina, inutilidad, etc.), hipervigilancia, suspicacia,
labilidad emocional con llanto frecuente, ideas de suicidio no estructuradas,
sin plan ni intentos de suicidio, sentimientos de impotencia e indefensión,
miedos al lugar de trabajo, a
enfrentarse con su jefe, miedo a volver a trabajar y a no ser capaz de desempeñar
su trabajo adecuadamente, miedo a salir a la calle, expectativas negativas
sobre su futuro, atención selectiva hacia todo aquello relacionado con el
fracaso, disminución de la capacidad de memoria y dificultades para mantener la
atención y pensamientos recurrentes sobre la situación de mobbing (García y
Rolsma, 2003; Fornés, 2002).
En la víctima se dan cambios de
personalidad con predominio de rasgos obsesivos (actitud hostil, y suspicacia,
sentimiento crónico de nerviosismo, hipersensibilidad con respecto a las
injusticias), rasgos depresivos (sentimientos de indefensión, anhedonia,
indefensión aprendida) (Gómez, Burgos y Martín, 2003) y alteración del deseo
sexual (hipoactividad sexual, etc.).
Consecuencias sociales
Los efectos sociales del acoso laboral
se caracterizan por la aparición en la víctima de conductas de aislamiento,
evitación y retraimiento (INSHT, 2001); así como la resignación, el sentimiento
de alienación respecto a la sociedad y una actitud cínica hacía el entorno
(Gómez, Burgos y Martín, 2003).
Se suele generar alrededor de la
víctima un aislamiento progresivo, debido, en parte, a la retirada de algunos
de sus amigos, que al ver la situación le dan la espalda y desaparecen, junto
con el aislamiento activo que la víctima ejerce. No quiere estar con otras
personas para no tener que dar explicaciones sobre su salida de la
organización, y debido a su sensación de fracaso y falta de confianza piensa
que el resto de
las personas le consideran un
fracasado, y tiene miedo de enfrentarse a las posibles críticas.
Consecuencias laborales
Las consecuencias en el área laboral
suponen la destrucción progresiva de la vida laboral de la víctima. Debido al
mobbing se suele solicitar una baja laboral por estrés, durante la cual la empresa
puede llevar a cabo el despido o negarse a abonarle el salario, difundir
rumores sobre la víctima y mentir sobre su salida de la empresa. Con ello
consigue presentar una imagen negativa de la víctima, lo que contribuye a
disminuir su empleabilidad, y que vaya considerándose a sí misma incapaz para
trabajar, y mostrando expectativas negativas sobre su rendimiento y desempeño
laboral.
La víctima suele sufrir lo que Piñuel
y Zabala (2001) denomina 'postración económica'. Desde el primer mes tras el
despido, la empresa no le ingresa su sueldo, lo que hace que disminuya
considerablemente su nivel económico.
En todo caso, se podría decir que las
consecuencias sobre la salud de la víctima dependen de la duración del acoso,
la intensidad de la agresión así como su propia vulnerabilidad. El impacto del
acoso es más fuerte si se trata de un grupo contra una sola persona que si se
tarta de un solo individuo, también parece que el acoso de un superior es más
grave que el acoso de un compañero. Se han descrito síntomas clínicos que el
acoso produce en la víctima entre los cuales cabe distinguir diferentes
estadios (Suárez y otros, 2009):
Estadio de autoafirmación. La víctima
detecta el conflicto o el trato despectivo, interpretando que la razón está de
su parte y que existe un mal entendido.
Estadio de desconcierto. La víctima se
siente desconcertada, duda, no sabe lo que está pasando y comienza a pensar en
su probable responsabilidad sobre lo ocurrido.
Estadio de indefensión. En esta fase,
la victima se esfuerza para agradar y para que le tengan en mejor
consideración; este esfuerzo termina desencadenando un sentimiento de
impotencia e indefensión que culmina en un estado depresivo.
Estadio traumático o de ansiedad. Si
el acoso persiste, la víctima suelen sentirse vulnerable y presentar un estado
de ansiedad, siendo frecuentes las conductas impulsivas y la pérdida de
control.
Estadio de estabilización crónica. Es
probable que perdure un sentimiento de desvalorización y falta de autoestima,
pudiéndose establecer un estado ansioso-depresivo y el trastorno de estrés
postraumático.
SI TE ACOSAN, TU SALUD Y TU TRABAJO
ESTÁN EN SERIO RIESGO, NO DEJES QUE TE MALTRATEN, SI LO HACEN, HACE LA DENUNCIA
AL GREMIO, NO ESTAS SOLO, LA UNIÓN HACE LA FUERZA!!!!!